29 dic 2007

Mudanza

En plena mudanza, no emocional ni vital ni nada de eso, mudanza física, de un punto A a un punto B, sin mayores trascendencias. Así que este blog de gustos y neuras se tomará unos días de inactividad, en plan excedencia o como se le quiera llamar. Ta luego.

26 dic 2007

Entrada número 50

Chema Madoz
(no sé si tiene título)

Puesto a hacer propósitos para el nuevo año, no estaría mal intentar verlo todo con los mismos ojos pero con nueva mirada. Si bien cabe otra opción: hacer acopio de miradas, renovarlas una y mil veces, evitando la tentación de quedarme con una sola. No sé si sé lo que quiero decir.

25 dic 2007

Visiones alternativas para un día navideño

«Buenas mañanas de vieja y buena lujuria, persianas abiertas tempranamente al mar, vientos que penetran con el fuerte roce de las hojas de las palmeras.»

Thomas Pynchon, El arco iris de gravedad

Traducción de Antoni Pigrau

21 dic 2007

Mis cosas favoritas



«My favorite things»
John Coltrane
(1961)

Es una versión de una canción de... Sonrisas y lágrimas.
Actualización:
La original aquí (gentileza de sifuesefuego)

20 dic 2007

Te haré caso

Esto es lo más cerca que estuve de Fiesole. Así que la próxima vez que viaje a Florencia haré lo siguiente: desayunaré en la Piazza S. Spirito (en el bar en el que tienen un cartel de Silvana Mangano colgado en el interior del baño de caballeros), cruzaré el Ponte Santa Trinita (en parte por el Dante y en parte para ver una vez más el Ponte Vecchio), me dirigiré a la Piazza della Repubblica (para dejarme ver por la gente guapa que se sienta en los veladores). Seguiré andando y dejaré a mi derecha el Duomo. Pasaré por la portada de San lorenzo y, Via Cavour hacia arriba (intentaré no entretenerme en la Feltrinelli), llegaré a la Piazza San Marco para coger uno de esos autobuses naranjas que me lleve a Fiesole.

19 dic 2007

Las razones de Ricardo

«Mas yo, que para juegos galantes no estoy hecho,
ni para cortejar a un espejo amoroso;
yo, que estoy mal acuñado, sin majestad de amor
para contonearme ante bellezas cimbreantes;
yo, privado de figura y proporción,
burlado en apostura por falaz naturaleza,
deforme, inacabado, traído a medio hacer
antes de este tiempo a este mundo vivo,
y tan tosco y mal trazado que los perros
me ladran cuando paso renqueando;
yo, en fin, en este tiempo plácido de paz
no tengo más fruición que el pasatiempo
de ver mi propia sombra bajo el sol
y disertar sobre mis deformidades.
Por eso, al no poder como un enamorado
recrearme en estos días tan melifluos,
he decidido que seré un malvado
y que odiaré los vanos placeres de estos días.
He urdido tramas, siniestros preámbulos,
con sueños, libelos y ebrias profecías,
para que mi hermano Clarence y el monarca
se enfrenten con odio mortal el uno al otro;
y si el rey Eduardo es tan íntegro y tan puro
cual yo ladino, falso y traicionero,
a Clarence meterán hoy en la jaula,
pues será G, como está profetizado,
el que asesine a los hijos de Eduardo.
Escondeos, pensamientos; llega Clarence.»

Ricardo III, Acto I, Escena I
William Shakespeare
Traducción de Ángel-Luis Pujante (el original aquí)

(Prefiero la de Valverde, pero la perdí en cierta mudanza)

18 dic 2007

Posiciones


Cuando uno recuerda a Ícaro lo habitual es imaginarlo cayendo


Algunos lo imaginarán volando (porque algo tuvo que volar)


Pero Matisse lo pinto así

13 dic 2007

Se hace uno mayor



Sigur Rós, «Glósóli»
Del disco Takk (2005)

Hay una versión a mayor calidad aquí (hace falta tener instalado QuickTime).

10 dic 2007

El azar

Aún no hay ningún estudio serio al respecto, pero de haber habido automóviles en la época es más que probable que Beatriz hubiera ido por la otra acera –pues es algo más ancha y cuenta con la protección de los coches aparcados–, haciendo quizás inviable su encuentro con Dante.



8 dic 2007

Ya tocaba



The Dave Brubeck Quartet
«Take Five» (1961)

Encuentros en la calle

La calle ensordecedora vocifera a mi alrededor.
Alta, delgada, de luto riguroso, majestuoso dolor,
una mujer pasó, alzando, balanceando,
con elegante mano el dobladillo y el festón;

ágil y noble, con sus piernas de estatua.
Yo bebía, crispado cual desequilibrado,
en sus ojos, cielo lívido donde germina el huracán,
la dulzura que fascina y el placer que mata.

¡Un relámpago... de nuevo la noche! –Fugitiva belleza
cuya mirada de repente me hizo renacer,
¿ya no te veré más que en la eternidad?

¡En otra parte, muy lejos de aquí!, ¡demasiado tarde!, ¡acaso nunca!
pues ignoro adónde huyes, no sabes adónde voy,
¡oh tú a quien yo hubiese amado, oh tú que lo sabías!

«A una que pasa»
Charles Baudelaire, Las flores del mal

Traducción de Carmen Morales y Claude Dubois

* * *

Pobre muchacha hermosa que deprisa
hacia mí vienes al cruzar la calle
y pasas por mi lado, sin saber
que yo soy la razón de tu existencia.

Ni siquiera me ves. Y te sonrío.

Admiro tu cabello, culo y piernas.
Estás buena. Te haría muy dichosa.
Pero tú te lo pierdes con tu prisa.
Pobre muchacha hermosa apresurada.

«Times Square. III»
José María Fonollosa, Ciudad del hombre: New York

4 dic 2007

Pasan los años

«Me tumbé en el suelo sólo para oír crecer la hierba
y hasta mí vinieron todos los sonidos de la tierra.
Escuché a los insectos en sus mil rituales
y las plegarias que cayeron del cielo, quién sabe
si haciendo espirales...
La noche que la luna salió tarde.

Me tumbé en el suelo sólo para oír crecer la hierba
esperando un sueño que como un enjambre me envolviera
y que me hiciera oír las rimas de antiguos romances
pero sólo oí llorar a los que fueron amantes
un sólo instante...

La noche que la luna salió tarde
la noche que la luna salió tarde.

Me tumbé en el suelo sólo para oír crecer la hierba
y escuché más cosas, muchas más de las que yo quisiera:
el sonido de tus lágrimas al derramarse,
el eco de tus pasos al alejarte
y el tiempo pararse...

La noche que la luna salió tarde
la noche que la luna salió tarde.»

El baile de la desesperación
091

2 dic 2007

«Y en el amor...»

«Y en el amor ella incluía también todo lo que venía antes y después del amor, todo lo que lo escoltaba, lo que quedaba a su paso, lo que flotaba como una nube a su alrededor, lo que el amor había desalojado y lo que había desalojado al amor: todo.»

Alan Pauls, El pasado