23 oct 2007

«En voz baja hablaron...

«En voz baja hablaron algún tiempo con Agáta y le entregaron un fajo de impresos en los que, como resultó, todo estaba determinado y prescrito hasta el más mínimo detalle: dónde y cuándo tenía que encontrarse la persona mencionada, qué prendas de vestir –falda, gabardina, cubrecabezas, orejeras, mitones, camisón, ropa interior, etc.–, qué artículos de uso personal, como por ejemplo costurero, grasa para cuero, hornillo de alcohol y velas, eran recomendables, que el peso total de la pieza de equipaje principal no debía superar los cincuenta kilos, qué cosas se podían llevar como equipaje de mano y provisiones, cómo debían marcarse las maletas con nombre, destino y número asignado; que todos los formularios adjuntos debían llenarse por completo y firmarse, que no estaba permitido llevar colchones ni otros artículos de mobiliario, ni hacer mochilas o bolsas de viaje con alfombrillas persas, abrigos u otros restos de tejidos valiosos, que el llevar encendedores así como fumar en el lugar de embarque y, en general, en adelante quedaba prohibido y que toda orden de los órganos oficiales debía obedecerse en cualquier caso de la forma más exacta.»

W. G. Sebald, Austerlitz

Traducción de Miguel Sáenz

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